La teoría de la mente (ToM)

La psicología abarca un gran número de campos: social, forense, neurológico…Y sin embargo no os he hablado hasta ahora uno de los campos más bonitos: la etología. La etología es una rama, tanto de la biología como de la psicología experimental, que estudia el comportamiento de los animales en entornos naturales y en laboratorio. El comportamiento animal no está sujeto al libre albedrío (igual que nosotros, que estamos unidos a un contexto social del que no podemos escapar) y es por ello lo interesante que resulta estudiarlo, porque muchas veces la naturaleza nos sorprende.

etologiaPero empecemos por un tema que ha sido muy estudiado desde la etología y de la psicología en general: la teoría de la mente. ¿Qué es la teoría de la mente? Es la capacidad que tienen los seres humanos y algunas especies animales de comprender y predecir la conducta de otros, sus conocimientos, sus intenciones o sus ideas. Sería como una especie de capacidad «de leer la mente» y sin embargo no estamos hablando de telepatía.

En los seres humanos es más que evidente que poseemos teoría de la mente. ¿Pero cuando aparece la teoría de la mente? Desde bien pequeños, somos capaces de adivinar las intenciones de los demás. Una de las evidencias que se tiene de la teoría de la mente es la llamada «dirección de la mirada». Siempre que vemos a una persona mirar hacia una determinada dirección, nos vemos automáticamente mirando en esa misma dirección, ¿por qué? ¿alguien nos ha dicho de mirar en esa dirección? No, nuestro contexto social nos conduce 004farbirremediablemente a interpretar las conductas de los demás, este seguimiento de la dirección de la mirada nos ha servido a lo largo de la evolución para sobrevivir a los peligros y convivir en sociedad. Lo mismo que si vemos a una persona mirando de un lado a otro, interpretamos que puede estar nervioso; o cuando vemos a una persona llorar deducimos que algo malo le ha pasado. Es algo que no podemos evitar, estamos hechos para interpretar y controlar la conducta de los otros.

Aunque la teoría de la mente se ha estudiado mucho en humanos, resulta mucho más interesante hacernos las siguientes preguntas: ¿Tienen los animales teoría de la mente? ¿Son capaces de interpretar la conducta de sus congéneres? ¿Y de otras especies? ¿Serían capaces de interpretar también las intenciones humanas? La respuesta a todas estas preguntas es: depende.

La teoría de la mente se ha estudiado principalmente en primates, nuestros parientes más cercanos. Son numerosos los experimentos que se han realizado, que aportan evidencias a favor y en contra de la teoría de la mente en primates, estos son dos ejemplos:

Evidencia en contra: pusieron a un chimpancé en una jaula de cristal con dos agujeros. Detrás de cada agujero había una persona con una fruta, una persona tenía los ojos tapados y la otra persona no. La tarea del chimpancé consistía en meter la mano por el agujero para pedir la fruta. ¿Los chimpancés interpretarían correcta3608mente quién podía verle pedir la fruta y quién no? Los resultados no fueron concluyentes, pedían la fruta por el agujero indiferenciadamente. No entendieron la «dirección de la mirada».

Evidencia a favor: los experimentadores comprendieron que en el contexto natural, los chimpancés no se enfretan a situaciones de cooperación sino de competitividad, por lo que se diseño un experimento con chimpancés dominantes («los jefazos») y chimpancés subordinados. Los chimpancés subordinados, en su hábitat natural, son los últimos en comer. El experimento fue diseñado tal que el chimpancé subordinado podía ver un plátano que el dominante no podía ver, y otro plátano que podían ver los dos, ¿qué platano cogerían los subordinados? Cogieron el plátano oculto, porque entienden que los chimpancés dominantes no pueden verlo.

En los últimos años, están aumentando la cantidad de estudios que no se limitan a estudiar la teoría de la mente en primates, sino también en muchas más especies. Los perros son muy buenos localizando comida escondida cuando una persona la señala o mira hacia ella12897820rx, pero esto puede deberse la selección natural (domesticación) y también a la experiencia con los humanos. Algunos tipos de aves, como los cuervos, muestran que pueden atribuir estados mentales a sus compañeros dominantes, son capaces de recordar donde guardan sus compañeros la comida y además recurren al engaño y a las trampas para despistarles. Los chorlitos distraen la atención del zorro sobre el nido, fingiendo estar herido, a la vez que se aleja del nido. Los peces luchadores siameses, caracterizados por luchar con sus congéneres de manera frecuente, son capaces de interpretar quién puede ganar una pelea y quién no, por lo que establecen alianzas para sobrevivir.

Está claro que algunos animales pueden reconocer los estados mentales de los otros (otras especies o humanos), pero no está tan claro en qué términos explicarlos. Se ha descrito un concepto que es el de abstracción conductual que pretende ser una alternativa a la teoría de la mente. Este concepto describe la simple respuesta a estímulos, no requiere la necesidad de tener un estado mental, sino que integra la percepción de estímulos que son relevantes. Otra de las polémicas de la teoría de la mente es con uno de los experimentos más utilizados para probarlo, el test del reconocimiento del espejo, en el que si la especie se reconoce eso significa que tiene autoconciencia. Sin embargo, la autoconciencia se ha confundido con autoreconocimiento, los animales simplemente tienen una percepción propia de su cuerpo, pero no significa que exista autoconciencia.

¿Teoría de la mente o abstracción conductual? Ni siquiera los seres humanos trabajamos siempre con la teoría de la mente, muchas veces reaccionamos ante indicios conductuales. En los estudios más recientes se ha encontrado que la teoría de la mente está intimamente relacionada con el lenguaje, y que solo tenemos algunos elementos compartidos con los animales (entender la percepción y la atención de los otros, entender sus deseos o intenciones…).

La etología es un campo muy hermoso, y por el que queda mucho por estudiar y aprender. El mundo animal nos aguarda muchas sorpresas.